domingo, 11 de abril de 2010

Ratas!!!

Recuerdo claramente esa noche, en que dormía en una cuadra (casona larga llena de camas para trabajadores), y me dió tanta pereza regresar a mi habitación y decidí dormir en la cama vacía donde me encontraba... con tanto calor nadie dormiía tapado...
Como es costumbre duermo con una linterna junto al hombro izquierdo para cualquier sobresalto o emergencia, y de pasadita para iluminar por si hay fantasmas... tema del cual postearé alguna vez...
Durante esos días trabajaba durísimo cargando sacos de alimento para langostinos, porque estaba en una langostinera de prácticas, cargaba redes, caminaba duro, sudaba y sudaba, pescaba, aprendía cosas y jugaba hora y media de fulbito después de almuerzo, era increible!!! El paraiso para mí...
Retomando la noche en la cuadra, vencido por el sueño y ya avanzada la noche sentí en mi cachete algo extraño, sensación que de golpe hizo que me despierte... cogí mi linterna e iluminé de inmediato mi pecho donde encontré algo así como una pepa de aceituna - ¿Qué hace una pepa de aceituna en mi cama? - dije en mi cabeza. De pronto muevo un poco la linterna y siento que muchos muchísimos ojos me miraban, esa sensación me hizo ver hacia arriba junto con la luz de la linterna y ahí las vi... entre las vigas del techo, quizás 40 ratas, algunas bajaban por las paredes y cruzaban bajo las camas de los trabajadores, algunas se metían entre la ropa doblada de algunos de ellos y yo me sentí tan vulnerable en ese momento... me sentía un pedacito de queso...
De inmediato regresé a las pepitas de aceitunas, era caca de rata Aggggg, tenía 4 en la cama y las boté de inmediato, y recorde lo huidizas que son las ratas... así que cogí mi libreta, arrugué más de 4 hojas, hice una pelota de papel y la tiré lo más fuerte que pude al techo claro que apagando la linterna para que los trabajadores, cerca de 20 en ese cuartucho no me agarren a patadas, y escuche a los cuarenta roedores saliendo despavoridos y en el fondo un - Caraxo quien fue el gracioso dejen dormir - aproveché para encender la linterna y alumbrar el techo y no quedó ni una dentro de la habitación.
Años después aprendí que las ratas son ciegas, que efectivamente se guían por el sonido y por las vibraciones y yo les metí tremendo susto con una bolita de papel... Nunca más dormí en las cuadrillas y podría decir que dormí entre ratas y pericotes...
Hace unos días recorde esta historia cenando con una interesante y linda mujer, y juraría que mi relato hizo que se le ericen los vellos del cuerpo tanto como me pasó en esa calurosa noche de febrero de hace varios años en Tumbes...
El mentón arrugado del waggg por las ratas!!!

2 comentarios:

Un chico de Lima dijo...

que miedo y que asco... pobre!

Cinthya Castillo dijo...

jajajaja ke assssssco!

Cenando y el contaste esa historia, a mi se me hubiera kitado el apetito xD