martes, 5 de octubre de 2010

Caminando en el Norte

- Juanito levántate, te quedaste dormido con camisa y pantalón, y nunca te cambiaste y ahora te toca correr - decía el despertador.
Y Juanito abrió los ojos y no sabía donde estaba, sólo sabía que había dormido mucho y que necesitaba correr... así que encendió la luz, y se puso uno de sus shorts con chuso que tiene para correr... organizó una secuencia de música que le refresca el alma y le recuerda las ganas que tiene de darse entero... se estiró unos minutos y comenzó a correr...
Ante sus caminantes ojos pasó el Río Tumbes, el puente de fierro, chacras, arrozales y burritos de carga... aunque fue algo peligroso eso de correr por la Panamericana...
El aire movía los arrozales... el cielo daba un contraste increible... y su alma sonrió un ratito... bueno dos ratitos... y lo animaba a seguir corriendo...
El aire limpio, la mañana joven y todo el tiempo del mundo le dieron un golpe en el hombro de confianza y apoyo... hasta un - Vamos Juanito, sigue caminando - y algo de paz en estos días tan tranquilos y de reorganización...
Más tarde se fue a Ecuador, subió a una lancha y reboto en la proa por las olas, como en Tagadá... escuchó historias de peces y pescadores... vió larvas de langostinos... aprendió de Ecuador, de la historia común con Perú y de experiencias ajenas...
Y sólo ha sido el primer día...
Juanito se queda esta noche en casa del buen Diego, y muy temprano correrá en la orilla del mar, con música suave... que ablandará su caminante pecho, algo maltrecho...
Mañana le toca ver peces y más tarde moverse a Piura... por unos días... y seguir por caminos ya recorridos...
El mentón de gira...

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